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Channel: La chica de la casa de caramelo
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Recordando 2016

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Como cada año, hoy os traigo una pequeña recopilación de lo que he ido publicando en el blog a lo largo de 2016. Y digo pequeña porque, desde que comencé este blog hace casi 8 años, éste ha sido el año que menos posts he publicado. Como ya os comenté aquí a finales de 2015, no quería que el blog se convirtiera en una obligación, porque ahora me apetece pasar más tiempo con mi familia y hacer planes con Miranda, más que meterme en la cocina a preparar tartas. Por eso, durante 2016, he publicado pocos postres (aunque he preparado bastantes más, sobre todo de recetas que ya conocíais) y hemos disfrutado más de viajes y fiestas.

El segundo cumpleaños de Miranda nos hacía mucha ilusión, especialmente por la temática de picnic que tanto nos gusta, así que preparamos la fiesta en nuestro parque favorito de Valencia y, al ser al aire libre, pudimos invitar a un montón de amigos que vinieron a disfrutar del cumple con sus peques.

En ese mismo parque, hicimos también una pequeña merienda este verano. Y es que, a falta de jardín propio, hay que aprovechar lo que nos ofrece la ciudad, y ya sabéis que nosotros disfrutamos muchísimo comiendo al aire libre.

Nos encantó poder visitar Port Aventura con Miranda por primera vez. Aunque nosotros no pudiésemos subirnos en muchas atracciones, ésta es la vez que más hemos disfrutado del parque. Y, por supuesto, el próximo año queremos repetir.

Nuestra escapada a la Serranía de Cuencatambién fue una experiencia preciosa. Nos encanta la montaña y ahí pudimos desconectar, disfrutar de sus paisajes, hacer un picnic (esto era previsible, lo sé) y enseñarle a Miranda un montón de animalitos.

2016 ha sido el año que más viajes he publicado en el blog, aunque uno de ellos lo hicimos a finales de 2015, nuestra escapada a Ginebra y Chamonix-Mont Blanc, que fue nuestro primer viaje fuera de España con Miranda, pero su segunda vez en avión. Hace poco leí que Ginebra es la ciudad más cara de Europa y no me extraña en absoluto, porque todo costaba cuatro veces más que en España.

En verano también estuvimos en León, como cada año, visitando a mi familia, pero esta vez fuimos en tren porque Miranda suele vomitar en los viajes en coche y lo pasa fatal. Aquí os enseñé mis sitios favoritos para ir de tapaspor la ciudad.

Y en lo que respecta a los postres, además de todas las tartas que he preparado en picnics, fiestas y cumpleaños, con recetas que ya conocíais, he hecho tres nuevos postres que me han encantado: una tarta Selva Negraa la que le tenía muchas ganas, un rico banana bread servido en tarros con buttercream de Nutella y una tarta de arándanos, con la que os enseñé cinco maneras distintas de decorar vuestros "pies". Este tipo de tartas son las que más he preparado durante el último año, rellenas de moras, de arándanos, de frambuesas o de fresas. Y ya sabéis que me encantan porque son fáciles, bonitas y riquísimas.

Sobre repostería, aunque no fueran recetas, también os hablé de cuáles eran mis utensilios imprescindibles y de los últimos libros de reposteríaque he ido añadiendo a mi colección en los últimos años. Ahora mismo estoy deseando comprarme el último libro de Linda Lomelino, que es sobre "pies", así que imaginaos mis ganas de probar sus recetas.

Por otra parte, los últimos meses del año, a Miranda le dio por hacer galletas y preparamos juntas un montón de tipos distintos: cookies (son facilísimas y a ella le encanta hacer las bolitas), scones (yo los hago redondos y a ella le dejo cortar la masa con las figuras que más le gusten), galletas de mantequilla (hicimos estos ositos y ella, además de cortarlos, les dibuja la carita) y galletas de jengibre, para la barra de chocolate caliente que organizamos en casa y que os enseñé hace unas semanas.

Aunque sé que os encantan los DIY, este año no hemos podido hacer ninguno. Lo más parecido a una manualidad, ha sido elcalendario de adviento que le preparamos a Miranda en su habitación para esperar la llegada de Papá Noel y que le hacía muchísima ilusión abrir cada mañana. 

Ahora, lógicamente, nuestra vida diaria está más centrada en Miranda y eso se nota en las entradas del blog, tanto en la temática como en la periodicidad que os comentaba al principio. He pasado de publicar todas las semanas, a publicar más o menos una vez al mes. Algo que quiero seguir haciendo durante 2017. Sin agobios, sin estrés... "slow life", que se llama ahora. Y espero que, aunque me echéis un poco de menos, os sigan gustando las pocas entradas que voy publicando por aquí. A mí, desde luego, me encanta seguir leyendo vuestros comentarios cada vez. Mil gracias por estar ahí un año más, al otro lado de la pantalla. Miranda, el Chico Pecoso, Totoro y yo os mandamos un beso enorme.

¡Feliz domingo y feliz año!

P.D.: Si queréis, podéis leer aquí los resúmenes del blog de los últimos años: 2015, 2014, 2013, 2012 y 2011 (en 2009 y 2010 no hice post recopilatorio).



Bundtlettes de coco tostado

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Hacía mucho que no me pasaba por aquí y tenía ganas de compartir con vosotros alguna nueva receta que he estado probando. Estos bundtlettes o mini bundt cakes de coco tostado son muy ricos y fáciles de preparar (a Miranda le encantan). Podéis acompañarlos con un glaseado de lima, que combina fenomenal con el coco, o con un glaseado clásico de chocolate negro, dependiendo de vuestros gustos. Yo además los he decorado con unos pequeños huevos de chocolate, aprovechando que comienzan las Pascuas y que la forma de estos bizcochos da mucho juego para simular pequeños nidos.

Para prepararlos adapté la receta de un pound cake de coco de Martha Stewart. Os pongo los ingredientes en gramos.

Ingredientes: (Para 12 bundtlettes)

- 170 gr. de mantequilla sin sal
- 260 gr. de harina
- 1 cucharadita y media de levadura en polvo
- Media cucharadita de sal
- 180 gr. de azúcar
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- 3 huevos grandes
- 240 ml. de suero de leche o buttermilk (lo podéis hacer añadiendo una cucharada de vinagre blanco a 240 ml. de leche, removemos y dejamos reposar 10 minutos)
- 125 gr. de coco rallado tostado

Para el glaseado:

- 150 gr. de azúcar glas
- Zumo de lima
- Coco rallado
- 150 gr. de chocolate negro
- Huevos de chocolate

Lo primero que haremos será tostar el coco rallado en el horno. Precalentamos el horno durante 15 minutos a 175º, extendemos el coco rallado sobre un papel vegetal en la bandeja y lo horneamos durante 5 minutos, removiendo de vez en cuando para que se tueste de manera uniforme. Cuando veamos que está dorado, lo sacamos del horno y lo dejamos enfriar.

Dejamos el horno encendido a 175º y engrasamos el molde que vayamos a utilizar para nuestros bizcochos. Yo utilicé el modelo de 6 mini Heritage de la marca Nordic Ware, que podéis encontrar en Enjuliana. Me lo regaló Bea (Tú eres el chef) el año pasado, cuando leyó este post, y me hizo muchísima ilusión; ahora se ha convertido en uno de mis moldes preferidos.

Mezclamos la harina, la levadura y la sal y reservamos. En otro bol batimos la mantequilla con el azúcar a velocidad media-alta unos 8 minutos hasta que quede ligera. Añadimos la vainilla y, a continuación, los huevos de uno en uno, batiendo bien cada vez. Bajamos la velocidad y añadimos la mezcla de harina en tres veces, alternándola con el suero de leche en dos veces (es decir, empezando y terminando con harina). Batimos hasta que esté bien mezclado.


Añadimos el coco tostado y lo mezclamos con una espátula. Llenamos el molde con la masa y lo horneamos unos 25-30 minutos (hasta que al pinchar salga limpio). Una vez estén listos nuestros bizcochos, sacamos el molde del horno y lo dejamos enfriar sobre una rejilla unos 10 minutos sin desmoldar. Pasado ese tiempo, desmoldamos nuestros bundtlettes con cuidado y los dejamos enfriar del todo. 

Cuando se hayan enfriado, preparamos los glaseados. Tamizamos el azúcar glas, añadimos un chorrito de zumo de lima y lo mezclamos bien hasta que no haya grumos. Si está demasiado espeso, añadimos más zumo, y si está demasiado líquido, añadimos más azúcar. Lo ideal es que podamos pintar una línea de glaseado sobre otra y que se fundan muy lentamente. Colocamos el glaseado sobre los bizcochos con ayuda de una cuchara y espolvoreamos un poco de coco rallado por encima antes de que se seque.

Para la cobertura de chocolate, simplemente tenemos que derretir nuestro chocolate al baño maría y cubrir los bizcochos con ayuda de una cuchara. Una vez se haya endurecido, colocamos encima los huevos de chocolate

Estos bizcochos tienen un ligero sabor a coco que, al tostarlo, resulta aún más delicioso y combina muy bien tanto con el chocolate como con el glaseado de lima, para los que prefieran un toque ácido.

Como veis, son muy sencillos de preparar y con este molde quedan muy bonitos, porque podéis decorarlos en forma de nidos para estas fiestas. A los niños les encantarán.

Pero, aunque no tengáis este tipo de molde, no dejéis de preparar esta receta tan rica. Podéis utilizar cualquier molde grande para bizcocho que tengáis en casa, simplemente tendréis que aumentar el tiempo de horneado.

La semana que viene nos iremos de viaje a Amsterdam, aprovechando estos días festivos que coinciden con la floración de los tulipanes, y también estamos empezando a preparar el cumple de Miranda, así que espero poder ir enseñándoos todo en el blog durante las próximas semanas. 

¡Feliz domingo y Felices Pascuas!



El tercer cumpleaños de Miranda: rainbow party

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Hace un par de semanas celebramos el tercer cumpleaños de Miranda. ¡No me puedo creer lo rápido que pasa el tiempo! Esta vez, el Chico Pecoso y yo queríamos una fiesta sencilla en casa pero muy colorida, así que elegimos esta temática arcoíris (que da mucho juego) y preparamos varias mesas que os iré enseñando a continuación. Todo decorado con los colores rojo, naranja, amarillo, verde, azul y morado, pero intentando no recargarlo demasiado.

Como os digo, queríamos decoraciones sencillas y cocinar lo mínimo posible, así que (a diferencia de los cumples anteriores, uno y dos) casi toda la comida que pusimos fue comprada. La tarta no podía ser otra que este rainbow cake que os enseñé hace unos años en el blog. Es muy sencilla de preparar y está riquísima.

Para beber había zumo de naranja natural, agua y leche. En la mesa dulce colocamos además cereales de colores Froot Loops (que compramos en Taste of America), roscas, merengues y macarons (de Avenue Macaron) con los colores del arcoíris.

Para decorar la pared, colocamos unos banderines de Tiger y unas letras de madera de Casa pintadas con los colores de la fiesta y a juego con la preciosa invitación diseñada por Nina Designs, que se encargó de toda la cartelería de la fiesta. 

Su lámina arcoíris, que me enamoró nada más verla, fue la base para todo el diseño de place cards, toppers y etiquetas. La verdad es que me hace mucha ilusión trabajar con ella porque, aparte de ser encantadora, fue una de las primeras personas a las que conocí al abrir mi blog hace ya ocho años y, gracias a ella y a su preciosa boda picnic, me animé a preparar mi primera fiesta. Mil gracias por todo, Gabriela.

El borde de las botellitas lo decoramos con nonpareils de colores (bolitas de azúcar), que podéis encontrar en cualquier tienda de repostería, como Enjuliana o María Lunarillos. Es muy fácil de hacer, simplemente tenemos que bañar el borde de la botella en chocolate blanco y luego introducirlo en los nonpareils. Una vez se enfría el chocolate, se endurece y queda perfecto.

También pusimos roscas y merengues para que no todos los dulces fueran de colores y evitar sobrecargar la mesa. Además, los merengues me encantan e intento ponerlos en casi todas las fiestas. Estos los compramos en Dulce de Leche.

Junto a la mesa dulce, colocamos unas mesitas de Ikea para que se sentaran las niñas a merendar, que luego transformamos en mesa de juegos para hacer manualidades con plastilina.

Seis niñas, seis colores. Por si os sirve de idea, también habría quedado muy bonito con doce (dos niños por cada color) pero en el salón de mi casa era inviable. :)

Cada niña tenía un sándwich y una fruta de su color (aunque lógicamente podían compartirla). La idea de los sándwiches la cogimos de los famosos "fairy bread" que son unos sándwiches con sprinkles de colores, típicos de los cumpleaños australianos. Se suelen untar con mantequilla o margarina (yo utilicé Nocilla blanca) y luego se cubren con sprinkles, en este caso con nonpareils de colores. Para el hueco de la parte superior del sándwich utilizamos un cortador de galletas con forma de estrella.

Las bolas transparentes para la fruta las compramos en La Fiesta de Olivia, al igual que las pajitas de colores. Los vasos y platos son de Party Fiesta, y las servilletas de Renova. (Si me olvido de algo, preguntadme).

Después de merendar, tocaba cortar la tarta y soplar las velas mientras sus amigas le cantaban "cumpleaños feliz", el momento que más ilusión le hacía a Miranda. A las niñas les encantó la tarta, e incluso se iban comiendo primero las capas de sus colores preferidos, algo que me hizo mucha gracia.

Luego recogimos la merienda y preparamos las mesitas de las niñas para que jugaran con plastilina. Colocamos un rodillo para cada una y varios cortadores y plastilina de colores que se iban intercambiando.

La plastilina es de Play Doh y los cortadores son de la marca Jovi, que casualmente tenía todas las piezas de los seis colores de la fiesta.

Aquí las niñas estuvieron la mar de entretenidas y se lo pasaron genial amasando la plastilina, haciendo figuras y también jugando con una plastilina de bolitas que le acababan de regalar a Miranda por su cumple.

Mientras las niñas jugaban, los mayores también pudieron merendar algo en otra mesa que habíamos preparado con picoteo salado.

En principio iba a ser una mesa de apoyo sin ninguna decoración pero, de manera un poco improvisada, decidimos alegrarla con unos globos de colores, aprovechando que ya teníamos los vasos, servilletas y frutas de la mesa de las niñas.

Los boles de colores son de Anthropologie y ya los tenía por casa, así que nos vinieron genial para poner las fresas, mandarinas, piña, kiwis, arándanos y uvas.

Pedimos unos sándwiches de Rodilla, no sólo para los padres, sino también para que las niñas tuvieran una alternativa salada.

Y también unos hojaldres variados de Panaria Catering, que estaban recién hechos y riquísimos. Todo esto con la idea, como os comentaba al principio, de cocinar lo mínimo posible y no perder mucho tiempo haciendo recados, para disfrutar al máximo de la preparación del cumple sin agobiarnos.

Y en una mesa arcoíris salada no podía faltar una tabla de crudités de verdura, que ya sabéis que nos encantan (nos las habréis visto en alguna que otra fiesta o picnic), y quedan realmente vistosas. Nosotros servimos col lombarda, rabanitos, pimientos de varios colores, zanahorias baby, tomatitos cherry y pepino, acompañados de hummus y tzatziki. A Miranda y varias de sus amigas les encantan las zanahorias y los pepinos y tuvimos que reponerlos. Pero el resto de verduras, nos las dejaron a nosotros.

También había panecillos variados y rosquilletas (palitos de pan).
Al terminar el cumple, todas las niñas se llevaron una bolsita con algunos detalles dentro como recuerdo de la fiesta.

Optamos por la misma fórmula del año pasado: juguete, galleta y chuches, pero siguiendo la temática arcoíris de la fiesta.

Como juguete elegimos unos moldes de colores para hacer helados de la tienda Tiger, las chuches fueron una brocheta de gominolas y unos regalices arcoíris, y por último las riquísimas galletas de Similam con el bonito diseño rainbow de Nina y personalizadas con el nombre de cada niña.

Las bolsitas las decoramos con papel de seda y baker's twin de cada color y, como cada una llevaba dentro la galleta de cada niña, las identificamos por fuera con una etiqueta redonda con su nombre, enganchada con una pinza de madera del mismo color.

Todas estas cosas de papelería y manualidades las encontramos en kioskos o bazares chinos. Tengo que dar las gracias a mi amiga Zoe (@zoemunoz_), porque es la mejor localizando materiales para fiestas (bolsas, servilletas y lo que haga falta) y me ayuda un montón cuando ya no sé dónde buscar. Igual que mi amiga Isabel (@citylifestyle_events), que se dedica a organizar unas fiestas preciosas (os la recomiendo 100% para vuestros eventos) y siempre me da ideas geniales. ¡Mil gracias a las dos!

Y, por supuesto, gracias al Chico Pecoso, que siempre se implica a tope en estas cosas y tiene las mejores soluciones ante los imprevistos que se van presentando. Nos lo pasamos genial planeando y montando juntos. Pero lo mejor de todo ha sido escuchar a Miranda loca de alegría con cada cosa que íbamos colocando, repitiéndome mil veces lo bonita que era la tarta mientras la cubría y ayudando emocionada a colocar los vasos, servilletas y platos para cada niña. Este ha sido el primer cumpleaños en el que ella ha podido disfrutar de todos los preparativos, y también de la fiesta, plenamente consciente de todo. Y ha sido genial. Ya imagino que cada año esto va a ser todavía mejor. 

Espero que a vosotros también os haya gustado la fiesta y os sirva de inspiración para los cumples de vuestros peques. Cualquier duda que tengáis, podéis preguntarme en los comentarios.

¡Feliz domingo!


Dónde comer en Amsterdam: nuestras recomendaciones

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Hace un par de meses, aprovechando las fiestas de Semana Santa, fuimos a visitar Amsterdam, una ciudad que aún no conocíamos y teníamos muchas ganas de recorrer. Hoy voy a enseñaros únicamente lo que comimos allí (que es una de las cosas que más me gusta de viajar), y así puedo extenderme más en este tema. En otro post ya os contaré las cosas que más nos gustaron de nuestro viaje, como suelo hacer.


Desde que tenemos a Miranda, preferimos alojarnos en apartamentos por la comodidad que supone y por el hecho de poder cenar en casa tranquilamente. Miranda come muy poquito fuera de casa, así que con esto nos asegurábamos que cenara bien y también podíamos prepararle un "tupper" de comida para cuando estábamos fuera. Además, en Amsterdam está muy de moda todo lo "eco" y "healthy", así que es fácil encontrar tiendas donde venden por ejemplo boles de fruta fresca cortada, que resultan perfectos como tentempié y a Miranda le encantan.

Volamos un miércoles por la tarde-noche y volvimos el lunes por la mañana, así que únicamente estuvimos cuatro días completos en la ciudad. En esos días pudimos visitar unos cuantos sitios de brunch (ya sabéis lo mucho que nos gustan) y algunos platos típicos holandeses, así que tomad nota porque os dejo una lista de lo que más nos gustó.

Metropolitain

Este fue posiblemente nuestro brunch favorito, sencillo pero delicioso. Metropolitain es un pequeño restaurante, situado en el centro de la ciudad, que tiene una decoración de estilo parisino muy acogedora, con mesas de mármol y sillones de piel. 

Aquí comí las french toast más ricas que he probado nunca, ligeras, esponjosas y acompañadas de frutos rojos, sirope de arce y yogur. El Chico Pecoso se pidió unos huevos Benedict con salmón y aguacate, que también estaban riquísimos.


Pluk

Hacía tiempo que seguía a @plukamsterdam en Instagram y tenía muchas ganas de conocer el sitio. Es una cafetería/restaurante, situada en el barrio de Jordaan, que también cuenta con un espacio de tienda donde venden productos de menaje, papelería y decoración. Allí aprovechamos para comprar algunos recuerdos con la imagen de los icónicos edificios holandeses.

Para desayunar, me decanté por las clásicastortitas holandesas que, aunque se parezcan a los pancakes americanos, son distintas en cuanto a sabor y textura. Los platos estrella de Pluk son los smoothie bowls de açaí, mango u otras frutas, que acompañan con semillas, frutos secos, etc. Además, su repertorio de tartas y bizcochos recién hechos (que podéis ver en la primera foto de este post) es muy apetecible.

Corner Bakery

Próxima a la zona de los museos está esta pequeña cafetería que resulta perfecta para ir a desayunar o tomar algo a media tarde. 

Lo que más le gustó a Miranda de Corner Bakery fueron sus vistosos batidos, o mejor dicho, los cereales de colores con los que los decoran.

La carta era breve pero variada: sándwiches, tartas, tortitas, french toast, zumos, batidos, limonada rosa, donuts de colores... 

Yo pedí un bol de yogur con granola y fruta, el Chico Pecoso un sándwich de pollo teriyaki y para Miranda, un panecillo tostado con mantequilla, Nutella, crema de cacahuete casera (riquísima) y mermelada.



Blue Amsterdam

Lo mejor de Blue Amsterdam son sus panorámicas vistas de toda la ciudad. Se encuentra situado en el centro de Amsterdam dentro del edificio más alto del lugar, por lo que ofrece unas vistas increíbles de las distintas zonas (norte, sur, este y oeste), que aparecen señaladas en cada cristalera.

La comida aquí era lo de menos, pero aprovechamos para probar las croquetas holandesas de queso con salsa de mostaza que, junto con las croquetas de carne (bitterballen), son uno de los platos típicos de su gastronomía.

Fishbar Saltzer

El pescado frito y el marisco son dos de los platos más comunes de la comida holandesa, sobre todo en ciudades de costa como Amsterdam. De entre todos los "fish bar" de la ciudad elegimos Saltzer, que se encuentra situado dentro de la Estación Central de trenes, junto al paseo marítimo. 

Saltzer tiene una decoración muy original, donde se mezcla el estilo industrial con las mesas de madera y los asientos de piel. Además, cuenta con enormes ventanales de cristal desde los que puedes ver el mar mientras comes.

Nosotros pedimos unas ostras con distintos aliños (salsa de mango, wasabi ponzu y vinagre de vino tinto con chalotas), media langosta y el clásico fish and chips de merluza, que venía acompañado de cuatro salsas distintas: guacamole de guisantes con menta, ensalada de col, salsa tártara y mayonesa casera. Aquí podéis ver todos los platos que ofrece su carta. 

Estaba todo riquísimo, especialmente el pescado frito, y muy bien de precio. Este fue sin duda uno de nuestros sitios favoritos de todos los que visitamos.

Dulces callejeros y clásicos holandeses

En Amsterdam hay máquinas expendoras de croquetas, puestos de perritos calientes, gofres o patatas fritas (esto último lo consideran uno de sus platos más típicos). Y también panaderías con deliciosos merengues gigantes de colores (ya sabéis que me chiflan los merengues crujientes) o los clásicos stroopwafels.

Los stroopwafels son los dulces más típicos del país. Consisten en dos finas capas de galleta crujiente rellenas de caramelo caliente. Se venden en paquetes en todos los supermercados, pero recién hechos es como más ricos están.

El de la foto es de nuestra visita a Keukenhof, que os la contaré en otro post (si tengo ocasión). Allí también había carritos que ofrecían helados y, lo mejor de todo, deliciosas fresas con o sin nata.

Aparte de todos los tentempiés dulces y salados, uno de los alimentos típicos de allí que nos encantaron (especialmente a Miranda) fueron sus quesos Edam y Gouda. De este último, llevábamos siempre una cuña encima, porque Miranda lo probó en una de las muchas tiendas de quesos que hay por la ciudad y nos lo pedía todo el rato.

Food Hallen

Este espacio nos pareció genial, una fantástica idea que simula puestos de comida callejera pero dentro de un espacio cubierto (esto era importante porque en la época que fuimos hacía mucho frío), con un diseño muy cuidado y música actual.

Food Hallen tiene una amplia y variada oferta gastronómica con restaurantes vietnamitas, japoneses, mexicanos, pizzerías, hamburgueserías, pastelerías... e incluso un puesto español en el que compramos jamón ibérico para Miranda, que le encanta.

Los puestos de comida están en los laterales y la zona central está ocupada por mesas, que son comunes a todos los puestos, junto con la barra de bebidas. Es un sitio genial para tomar algo o cenar.

Nosotros, como lo teníamos muy cerca del apartamento que alquilamos, solíamos pedir algo de cena allí para llevar o nos acercábamos después de cenar para tomar el postre.

Miranda esperando por nuestras pizzas.

El puesto de Petit Gâteau era una delicia para la vista y para el paladar. Era muy difícil decidirse entre sus tartaletas de mil sabores, pero os puedo decir que todas las que probamos estaban impresionantes: pistacho, caramelo salado, avellana, limón y merengue...

Y, por último, nuestro mejor descubrimiento en Food Hallen: I Scream Waffle, un gofre relleno de helado y servido dentro de un cono de cartón. Son unos gofres muy ligeros (nada dulces), con los bordes crujientes y que combinan genial con el helado, porque no se hacen nada pesados. Nos gustaron tanto que al día siguiente volvimos para probar su gofre estrella, "The Unicorn", relleno de helado, nata, sprinkles, mini marshmallows y un bastón de caramelo (os lo enseñé en Instagram).

Y hasta aquí nuestras recomendaciones gastronómicas del viaje, que espero os sirvan para vuestras próximas visitas a Amsterdam. Nosotros nos quedamos con ganas de conocer algunos otros restaurantes, sobre todo terrazas y jardines, que por el mal tiempo no pudimos disfrutar, pero esperamos volver algún verano para seguir recorriendo todo lo que nos falta de esta preciosa ciudad.

¡Feliz domingo!


El cuarto cumpleaños de Miranda: gardening party

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Hace justo un año que no publicaba en el blog y no sé cuánto tardaré en volver a publicar (espero que no tanto), pero no quería dejar de enseñaros la última fiesta de cumpleaños de Miranda, que celebramos el mes pasado en nuestra nueva casa (ya os contaré más sobre la casa, porque estamos muy ilusionados y contentos con este cambio).

Esta vez contamos con la opinión de Miranda para elegir la temática. Es tan bonica que todos los temas que le proponíamos le entusiasmaban para celebrar su cumple, pero al final se decidió por lo que ella llama "pequeños jardineros", es decir, una fiesta de jardinería con muchas flores, plantas, macetas y regaderas, como todo buen jardín que se precie (aunque sea en el salón de casa).

Fue una mesa muy sencilla de preparar, en la que tanto la decoración como la comida la preparamos toda nosotros. Tengo la gran de suerte de contar para estas cosas con el Chico Pecoso, que lo mismo te prepara unas brochetas con forma de flor, que te decora una guirnalda de flores. Con él es todo más fácil y, desde luego, más divertido. 

Miranda también tuvo unas ideas muy chulas que, por supuesto, añadimos a la fiesta. Como estas pequeñas mariquitas decorando el banderín con la palabra "garden". Para hacerlo, aprovechamos el banderín que utilizamos en su segundo cumpleaños (picnic party) y por el otro lado le pegamos estas letras de madera pintadas de blanco. Para esta fiesta prácticamente no hemos tenido que comprar nada, hemos reutilizado cosas que teníamos en casa o de cumpleaños anteriores.

Para beber servimos (además de agua) limonada de granadina, leche con cacao y zumo de naranja natural.

En la decoración utilizamos macetas, cajas de madera, regaderas, cubos de zinc y pizarras para señalar cada plato, al estilo de los marcadores que hay en los viveros. No queríamos un huerto lleno de frutas y verduras, sino un jardín lleno de plantas verdes y flores naranjas, rosas y amarillas.

Al ser una fiesta de jardineros, la tarta que elegimos (y que además es mi bizcocho favorito) fue un bundt cake de limón y semillas de amapola. Para hacerla utilicé dos moldes de NordicWare que tengo desde hace mucho tiempo (6 cups y 12 cups, modelo Anniversary) y los coloqué uno encima del otro espolvoreados con azúcar glas. Y la decoramos con muchas flores (comestibles), como quería Miranda. Sencillísima y muy vistosa.

Otro de los dulces que servimos con forma de plantitas fueron magdalenas de vainilla cubiertas de chocolate negro y minimagdalenas de chocolate, ambas decoradas con fondant (en esto también nos ayudó Miranda, porque le encanta jugar con plastilina y se le da genial hacer figuras con los cortadores de galletas).

El postre que no podía faltar en una fiesta de jardinería es esta crema de chocolate y Oreo que os enseñé hace tiempo en el blog. Es muy fácil de preparar y se puede infusionar con menta, naranja o lo que queramos. Esta vez la hicimos simplemente de chocolate para las niñas y dejamos la menta de decoración.

Estas brochetas de fruta que encontré en Pinterest son una idea muy original para este tipo de fiestas primaverales y suponen, además, una alternativa saludable entre tanto dulce. 

Para la decoración, principalmente en la guirnalda, mezclamos plantitas artificiales de Ikea con ramas de eucalipto natural, paniculata y ranúnculos de color naranja. 


Colocamos las plantas colgantes sobre un estante para cuadros de Ikea que tenemos en esa pared del salón y fuimos entrelazando las ramas hasta darle aspecto de guirnalda.

También colocamos, como el año pasado, tres mesitas junto a la mesa dulce para que merendaran las seis niñas.

Cada una tenía su sándwich de jamón york o Nutella (a su elección) con forma de flor, un quesito mariquita, palomitas recién hechas (el Chico Pecoso las fríe con aceite de oliva y están buenísimas) y una galleta flor, que preparamos Miranda y yo con esta receta. El tallo de las flores lo hicimos con cebollino y las hojas, con pepino.

Utilizamos semilleros para poner las palomitas, y palitos de madera con los nombres para marcar los sitios de cada niña.

Las servilletas verdes son algunas de las que nos sobraron el año pasado por el cumple de Miranda (rainbow party). Los platos de cartón cuadrados son de Party Fiesta y esta vez, en lugar de vasos, utilizamos tarros de cristal que teníamos en casa, decorados con una hoja y cordón rústico.

Después de la merienda, llegó la hora de soplar las velas y cortar la tarta. Como dato curioso os tengo que contar que la flor de color verde, llamada "hierba del rocío" por su aspecto escarchado (nosotros no la conocíamos), sabe salada. Así que para decorar muy bien, pero para comer, mejor en ensaladas. ;)

Y tras la emoción del "cumpleaños feliz" (el momento preferido de Miranda) y de comer la tarta, recogimos las mesas de la merienda y, como el año pasado, preparamos las mesas para una actividad muy divertida.

Una de las cosas por las que elegimos nuestra nueva casa es porque tiene un balcón muy amplio que ahora, con el buen tiempo, utilizamos a diario para desayunar o comer (ya os la enseñaré en algún post cuando acabemos de decorarlo).

Así que pensamos que sería genial colocar allí las mesas para que las "pequeñas jardineras" pintaran sus macetas y se las llevaran luego a casa junto con algunas semillas para plantar.

Las niñas tenían una maceta de barro para pintar, un pincel, un cubo de agua y una servilleta para limpiarlo, y varias témperas de colores para compartir.

También colocamos unos platitos con forma de flor, por si querían mezclar colores. Os podéis imaginar lo bien que se lo pasaron.

Luego cada niña se llevó a casa su maceta pintada, junto con un semillero con sustrato compacto, una bolsita con semillas de Tiger y una flor hecha con gominolas.

Las pastillas de sustrato las compramos en Tedi y son muy cómodas para este tipo de detalles, porque (además de que funcionan muy bien para germinar) hasta que no las humedeces, no manchan. Así que pueden trasportarse sin miedo a llenarlo todo de tierra (que con niños nunca se sabe).

Y las flores de gominola son muy fáciles de hacer con palos de brocheta y palillos para los pétalos.
  
Además de todo esto, preparamos una mesa con merienda para los mayores, sin decoración pero muy parecida a la del año pasado: con sándwiches, hojaldres salados, crudités con hummus y tzatziki, tortilla, frutas, gazpacho... 

Espero que os haya gustado el cumple y os sirva de inspiración para vuestras futuras fiestas. Yo fui recopilando ideas en Pinterest durante varias semanas y luego escogimos las que nos parecieron más bonitas y sencillas. Esto último os lo repito mucho porque personalizar todos los detalles lleva su tiempo y es importante no complicarse demasiado para no verse abrumado el día del cumple. 

Si tenéis cualquier duda, no tengáis problema en preguntarme como siempre. Aunque he estado bastante desconectada del blog últimamente y sé que tengo algunos comentarios en posts antiguos sin responder (prometo que me pondré a revisarlos), estaré más pendiente de este último por si necesitáis algo.

¡Feliz domingo (y gracias por seguir al otro lado después de tanto tiempo)!


El quinto cumpleaños de Miranda: science party

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No he podido cumplir mi propósito de pasarme por aquí más a menudo, pero me queda el consuelo de no faltar al menos a esta cita anual por el cumpleaños de Miranda. Ya vamos por su quinto año y, como era de esperar, esta vez no he sido yo quien ha propuesto la temática de la fiesta.

Miranda asiste a una extraescolar en el colegio que se llama "científicos chiflados", donde les hablan de cuestiones básicas relacionadas con la ciencia y hacen experimentos (esto es lo que más le gusta, por supuesto). Así que nos pidió que su cumpleaños fuera sobre esto y que pudiera hacer slime con sus amigas...¡y eso hicimos!


Fue una suerte que Gabriela (Nina Designs) pudiera diseñarnos toda la cartelería de la fiesta, porque íbamos un poco perdidos con la temática y así pudimos darle unidad a toda la decoración. Una de mis partes favoritas fue el nombre de Miranda formado con elementos reales de la tabla periódica. Si queréis probar con vuestro nombre o cualquier otra palabra, en esta web podéis ver con qué elementos se formaría.

Las probetas, matraces, tubos de ensayo y moléculas formaron parte de toda la decoración de la fiesta.

Como ya sabéis, una de las cosas con las que más disfrutamos al organizar estas fiestas es tematizando la comida, y las moléculas de frutas son algo muy fácil de hacer. Nosotros utilizamos palitos de cake pops para unir las frutas, pero también podéis usar palillos de colores, en caso de que no encontréis. En los tubitos de al lado había "peta-zetas" de diferentes sabores.

Para beber había zumo de naranja natural y botellas de agua decoradas con los colores de la fiesta. También utilizamos unos vasitos medidores de laboratorio para hacer gelatina de rosas de color azul. 

La tarta de cumpleaños, por primera vez, no la hicimos nosotros, sino que la encargamos en Mandonnet Cake Boutique. Quedó chulísima, con aspecto de slime pegajoso cayendo por los bordes de la tarta y burbujas por encima. Allí también nos hicieron unos ricos donuts con cobertura verde.

Nosotros preparamos en casa unos cupcakes de chocolate con sirope de fresa en jeringuillas para inyectar directamente sobre el bizcocho antes de comerlos.

También hicimos galletas de mantequilla con forma de microscopios, matraces y ADN, gracias a unos cortadores de galletas que imprimió el Chico Pecoso en su impresora 3D. Si tenéis una, en esta web encontraréis un montón de diseños de objetos para imprimir (no sólo cortadores de galletas).

Y, por último, pusimos unas placas de Petri con cerebros de gominola y gelatina de limón con nonpareils verdes, estas últimas a modo de cultivos bacterianos.

Preparamos bolsitas para todas las invitadas con sus gafas de pequeñas científicas y pases de seguridad personalizados con su nombre.

Además de esto, cada una llevaba un lápiz del color de su pase de seguridad, un tubo de ensayo con píldoras de gominola y una placa de slime con una ranita dentro. También, un recipiente de plástico en forma de bola (los que nos sobraron del tercer cumple de Miranda) para que cada niña guardara el slime de su experimento y pudiera llevárselo a casa.

En la repisa sobre la mesa dulce (donde el año pasado colocamos una guirnalda de flores y plantas) colocamos esta vez unas cuantas botellas con los colores de la fiesta, que preparamos con leche y colorante alimentario.

En la mesa de la merienda, las niñas tenían matraces en lugar de vasos, una placa de Petri de gelatina y una galleta con el nombre de cada niña en forma de elemento de la tabla periódica, que decoramos nosotros mismos con fondant y rotuladores comestibles. (Todas estas cosas de repostería suelo comprarlas en la tienda Enjuliana).

Tanto los matraces, como los vasos medidores de laboratorio y las placas de Petri los compramos en AliExpress.

Después de merendar y soplar las velas, colocamos las mesitas en la terraza para comenzar con los experimentos.
Para el slime casero se necesitan los siguientes ingredientes: cola blanca, líquido de lentillas, espuma de afeitar, bicarbonato sódico y colorante.

Como utensilios, colocamos un bol de plástico para cada niña y una cuchara de plástico rígido para mezclar los ingredientes.

Para evitar posibles salpicaduras de slime les pusimos uniformes a prueba de contaminaciones biológicas hechos con bolsas de basura.

No os puedo dar indicaciones sobre las cantidades para el slime porque lo hicimos un poco a ojo, pero seguro que en Internet encontráis un montón de tutoriales.

Cuando, al tocarlo, ya no se queda pegado a los dedos, significa que nuestro slime está listo.

Cada una lo guardó en su cajita de plástico transparente para llevárselo a casa, muy orgullosas de su resultado.

El siguiente experimento consistió en hacer un volcán con zumo de limón y bicarbonato. (Miranda no pudo resistirse a beber un poco de zumo de limón antes de mezclarlo).

Este experimento es muy rápido y fácil de hacer en casa y para los niños es muy divertido, por si os apetece probarlo. Lo habitual es utilizar vinagre para la reacción, pero nosotros lo sustituimos por zumo de limón para evitar que todo se quedara impregnado por el fuerte olor del vinagre.

Los experimentos fueron, sin duda, el éxito de la fiesta, tanto para las niñas como para los mayores.

Espero que os hayan gustado todas estas ideas y que os sirvan en próximos cumpleaños. Para nosotros, Pinterest siempre es una gran fuente de inspiración, más aún con esta temática sobre "científicos chiflados"que nos parecía un tanto difícil cuando Miranda la planteó, pero que hemos disfrutando un montón organizando.

¡Feliz domingo!


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