La primera receta de este año viene cargada de chocolate hasta los topes (si estáis a dieta postnavideña, os aconsejo que no sigáis leyendo y, sobre todo, que no miréis las fotos). Se trata de una sencilla y deliciosa tarta fina de chocolate con base de galleta Oreo, cremoso relleno de chocolate, cacao espolvoreado y virutas de chocolate negro. Si sois unos amantes del chocolate, como yo, no podéis dejar de probar esta tarta.
La receta la he sacado de aquí pero cambiando la base de galleta y añadiendo las virutas de chocolate como decoración.
Ingredientes: (para una tarta de 24 cm.)
Para la base:
- 400 gr. de galletas Oreo trituradas
- 150 gr. de mantequilla derretida
- 400 gr. de galletas Oreo trituradas
- 150 gr. de mantequilla derretida
Para el relleno:
- 400 gr. de chocolate negro troceado (yo utilizo Valor con 52% de cacao, pero si os gusta más amargo podéis usar el de 70%)
- 260 ml. de nata (yo uso siempre la de montar, que tiene más porcentaje de materia grasa)
- 120 ml. de leche
- 2 huevos ligeramente batidos
- Una pizca de sal
- 400 gr. de chocolate negro troceado (yo utilizo Valor con 52% de cacao, pero si os gusta más amargo podéis usar el de 70%)
- 260 ml. de nata (yo uso siempre la de montar, que tiene más porcentaje de materia grasa)
- 120 ml. de leche
- 2 huevos ligeramente batidos
- Una pizca de sal
Para decorar:
- Cacao puro en polvo
- Una tableta de unos 300 gr. para rallar en virutas, no usaréis la tableta entera porque los últimos trozos son más difíciles de rallar (yo utilicé el mismo chocolate que para el relleno).
- Cacao puro en polvo
- Una tableta de unos 300 gr. para rallar en virutas, no usaréis la tableta entera porque los últimos trozos son más difíciles de rallar (yo utilicé el mismo chocolate que para el relleno).
Trituramos las galletas Oreo, las mezclamos con la mantequilla derretida y repartimos la mezcla de manera uniforme por todo el molde de tarta. Yo utilizo un medidor de cups para formar mejor los bordes de la tarta a la vez que voy aplastando la galleta triturada.
Horneamos la base a 180º durante 10 minutos. La sacamos del horno y la dejamos enfriar a temperatura ambiente.
Preparamos el relleno para la tarta. Ponemos la leche y la nata en un cazo a fuego medio y lo llevamos a ebullición. Añadimos el chocolate troceado, dejamos que se derrita del todo, retiramos del fuego y lo mezclamos bien. Dejamos que se enfríe un poco el chocolate y entonces añadimos los huevos batidos y terminamos de mezclar.
Llenamos el molde de tarta con la crema de chocolate que hemos preparado, pero sin llegar hasta el borde.
Horneamos la tarta a 130º durante unos 30-35 minutos o hasta que esté cuajada pero con el centro todavía sin hacer del todo (veremos que tiembla un poco al moverla).
Pasado este tiempo la sacamos del horno y la dejamos enfriar completamente a temperatura ambiente.
Una vez fría, espolvoreamos la tarta con cacao en polvo y, si queremos, podemos servirla así directamente. Yo preferí decorarla un poco más añadiendo virutas de chocolate.
Las virutas son muy sencillas de hacer con la ayuda de un pelador; aunque es importante que el chocolate esté a una temperatura adecuada para que nos salgan virutas grandes (no debe estar ni demasiado duro ni demasiado blando). Partimos la tableta en tres trozos y vamos haciendo virutas directamente sobre la tarta con cada uno de ellos hasta que ya no podamos sujetarlo bien y se nos parta, entonces pasamos al siguiente trozo.
Y después, volvemos a espolvorear un poco más de cacao por encima de las virutas.
La tarta se puede conservar en la nevera varios días, aunque es aconsejable sacarla un poco antes de servir para tomarla a temperatura ambiente.
Esta tarta fina de chocolate tiene una mezcla de texturas que resulta deliciosa: la base crujiente de galleta, el relleno suave y cremoso, y las finas y crocantes virutas de chocolate.
Además, es facilísima de preparar y un acierto seguro como postre para cualquier cena o fiesta en casa. Espero que os animéis a probarla, porque estoy segura de que os encantará. A mí me ha chiflado.
¡Feliz domingo!